Acerca de mi

INÉS DARWICH

BIO

Nací el 17 de septiembre de 1984, en la ciudad de Córdoba, Argentina. 

La curiosidad por la pintura nace en mi niñez en medio de los materiales que usaban mi madre y mi abuela. El amor por el olor a la pintura, el juego con el color y las texturas me llevaron  a trabajar en ese espacio en el que todo se genera: el taller. 

Estudié Licenciatura en Pintura en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Posteriormente, obtuve la Diplomatura en Políticas Culturales para el desarrollo local, en la misma universidad.

Un momento clave de mi formación fue conocer a Claudio Bogino, artista argentino, en su taller, profundicé en la técnica y la pintura figurativa renacentista. Este encuentro marcará mi trabajo en la pintura; que de venir trabajando la pura abstracción comencé a estudiar, pensando que no me gustaba, el realismo. Técnica de la que me enamoré profundamente.

He desarrollado mi trabajo en las artes visuales mayormente en Argentina, aunque hace dos años resido en Madrid; experimentando nuevos caminos y trabajos relacionados con el campo del arte como el montaje y creación de escenografías, pinturas murales para espacios específicos; coordinación de programas de arte y la gestión de Trama Proyecto; junto a artistas de colombia.

Durante mi estadía en Argentina fundamos y   gestionamos   La Glorieta: espacio de formación y producción artística, desde el 2012 al 2021.  Junto a Matías Benedetti llevamos a cabo este proyecto interdisciplinar trabajando con artistas de diversos lugares de Argentina y de América.  Un espacio dedicado a profundizar e investigar en el trabajo de taller tanto de  las artes escénicas y visuales; y su posterior circulación. 

Mi trabajo en la pintura busca entrelazar mi propia vida con las imágenes de  la historia del arte que me han resonado a lo largo del tiempo, es por ello que experimento con la  abstracción hasta el realismo figurativo. Creo en la pintura como una práctica habilitadora de sanidad, espiritualidad y sentido, donde el aprender a ver es el desencadenante de los encuentros. 

Como docente disfruto de poder acompañar los procesos y habilitar espacios de diálogo, construcción de sentido y reflexión  sobre el propio hacer en el arte y lo que buscamos cuando pintamos o dibujamos. 

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